martes, 29 de abril de 2014

La filosofía por encima de todo

La misma cantinela acecha a los Spurs año tras año. Sus tres estandartes sobrepasan la treintena, y llevan desde la temporada 1997-1998 sin faltar ni un solo año a la lucha por el anillo. O, lo que es lo mismo, siempre con picks bajos en el Draft. Un equipo que siempre inicia la Regular Season con la duda de si aguantará otro año más luchando de tú a tú con el resto de favoritos, y que siempre termina acallando a sus detractores. Que le pregunten a Miami, al que solo pudo salvar un milagro en forma de triple de "Sugar Ray" de perder un anillo a costa de los texanos.


El añejo "Big Three" texano

Un equipo que es algo más que tres grandes jugadores: es una filosofía de juego que empieza en Gregg Popovich, el entrenador que ha hecho grande esta franquicia dirigiéndola hasta sus cuatro anillos. Un modo de entender el baloncesto, sin egos, donde lo importante es ganar, en la que Duncan, Parker y Ginobili no tienen problemas en cobrar salarios alejados de su calidad baloncestística para poder reforzar el roster y luchar otra temporada más. Y un gran trabajo de scouting para cubrir ese espacio salarial que su "Big Three" libera, mirando mucho a Europa y buscando jugadores que aporten al conjunto, no que miren por las estadísticas.
"Coach Pop", consciente de que los texanos no poseen la fuente de la eterna juventud, cada vez administra más a sus pilares, evitándoles back-to-backs y partidos en giras largas. Y es ahí cuando esa filosofía, ese scouting, salen a relucir. Golden State puede dar fe de ello, perdiendo ante unos Spurs sin Duncan, Ginobili ni Parker. Pero con el gran Pop a los mandos y jugadorazos de los que hacen de un buen equipo, un candidato al título, como Marco Belinelli, Tiago Splitter y Kawhi Leonard, el gran acierto de la secretaría de los Spurs en la lotería del Draft y uno de los mayores "robos" del mismo en los últimos tiempos.


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