La marcha del entrenador, Mateo Garralda, es uno de los primeros signos de
la ruptura de la cuerda floja en la que se encuentra actualmente el club de balonmano Guadalajara. El presidente Álex Ortix ha reconocido que el club
se enfrenta a su desaparición, ya que no tiene
asegurada su viabilidad económica para la próxima temporada. Por ello, se ha
fijado el mes de mayo como el límite para ver si se sigue adelante y no se
recurre a la desaparición.
Garralda, a quien no han podido hacer una mínima
oferta con garantía, explica que se marcha por la falta de seguridad económica.
El entrenador, que pone fin a su etapa en
Guadalajara -su última campaña como jugador y dos más como entrenador-, daba
sus mejores deseos para el BM Guadalajara, "para seguir creciendo", y
aseguraba que con lo mejor que se queda es con el apoyo de las instituciones al
Club Balonmano Guadalajara, el apoyo de la directiva y el esfuerzo de los
jugadores.
Despedida del entrenador
Para poder sobrevivir, el club necesita el apoyo decisivo de las Administraciones, y si no lo consiguen, Balonmano Guadalajara tendrá que poner el cartel de "cierre".
"El Club está saneado, no tiene grandes deudas, pero no hay patrocinadores privados grandes y no basta seguir bajando el presupuesto", añade el presidente , al tiempo que fijaba en un presupuesto a 500.000 euros para la próxima temporada, donde sería necesaria una aportación entorno a los 300.000 euros de las Administraciones.
"El Club está saneado, no tiene grandes deudas, pero no hay patrocinadores privados grandes y no basta seguir bajando el presupuesto", añade el presidente , al tiempo que fijaba en un presupuesto a 500.000 euros para la próxima temporada, donde sería necesaria una aportación entorno a los 300.000 euros de las Administraciones.
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